lunes, 29 de junio de 2009

El BARRIO DE LOS RECUERDOS




Por: Ximena Vásquez

Las campanas de la iglesia de Andacollo comienzan a sonar, domingo 31 de mayo de 2009, once de la mañana, se da inicio a la ruta del barrio Yungay organizada para celebrar el Día del Patrimonio Cultural, en el cual se mostró ha aproximadamente a cien personas de distintas comunas la zona norte de este bello sector de Santiago, la que aun no está incluida por el Consejo de Monumentos Nacionales, como Zona Típica.
Calle Mapocho esquina Ricardo Cummings, esa mañana las personas se encontraban ansiosas por recorrer los pasajes de ese gran barrio histórico, empezar a impregnarse de cultura, imágenes que nunca antes habían visto o que pocas veces se habían detenido ha apreciar el entorno en el cual viven.
Este barrio rico en patrimonio industrial, como la industria de Sal Lobos, la fabrica de hielo, la industria de leche en polvo, Fabrica Nacional de Huaipe y la disquera Odeón donde grabaron sus discos cantautores nacionales, como el caso de Cecilia.
También la cultura se ha desarrollado en su interior, el cual se ve reflejado por ejemplo, en la novela “La Sangre y la Esperanza” de Nicomedes Guzmán al escribir el episodio de las constantes huelgas que se desarrollaban en torno a las industrias y el forjamiento del Movimiento Social Chileno Obrero.
En relatos escrititos por los mismos vecinos del barrio, podemos escuchar como se desarrollaba la vida en esas calles, Isabel Gutiérrez dice “alguien baja en la Estación Yungay, arrastra una maleta desvencijada, se interna por Esperanza, apenas visible los pulpos dibujados en los muros de adobe semejan arañas disecadas”.
La ruta realizada en el barrio Yungay, en compañía de Cultura Mapocho, que es una iniciativa para promover la historia y la cultura de la ciudad de Santiago, permitió reflejar la historia que gurda este barrio en torno al esfuerzo de sus habitantes, creación y dolor, con hitos destacados como la Población de la Sociedad Cooperativa de Policías Limitada, que es el primer conjunto de casas que se edificó para policías, el cual tiene calles que se convergen en una plaza en común, sus viviendas cómodas otorgaban el bienestar que las personas buscaban y la unión entre los vecinos se reforzaba a través de casas continuas, todos se conocían, compartían y cooperaban entre sí.
Cultura Mapocho y los Vecinos por la Defensa del Barrio Yungay, hacen referencia como constructoras están destruyendo el barrio al localizar edificios de más de 18 pisos frente a este conjunto habitacional, afectando directamente la integridad de las personas que han vivido por décadas en este sector, deñando así la privacidad de sus hogares.
Realizan un paralelo de como antes se solucionaban los problemas de vivienda, de forma digna para las personas y que hoy en pocos metros cuadrados ponen cientos de departamentos desprovistos de espacio y de aislamiento para conservar la privacidad. Antes ni siquiera una clavo podía entrar a las paredes, se doblaba a penas tocaba el cimiento.
Otro lugar importante dentro del barrio Yungay en su zona norte, es la ex Perrera Municipal. En los años 60 se practicaba el sacrificio animal, la muerte violenta de las perros callejeros a través de la incineración, por improvisadas políticas de salubridad pública, ya que en estos años se utilizaba a los perros como abrigo para entregar calor en esas noches frías, muchas personas los tenían como mascotas y se produjo un descontrol en las calles de Santiago de perros que andaban vagando.
Alejandro fuentes, vecino del barrio recuerda que “La Perrera Municipal se encargaba de recoger los perros que no tenían collar. Salían alrededor de las 10 de la noche, los lisiaban con curdas y los echaban dentro de unas camionetas de color azul. Alrededor de la media noche se sentía un olor horrible, era el pelo quemado de los perros que estaban incinerando en los hornos de la Perrera Municipal”. Otra vecina Rosa Sepúlveda, comenta que “las personas tenían que correr a la perrera si se daban cuanta que su perro se lo habían llevado, para poder recatarlo antes que lo echaran al horno”
Al pasar por el puente Balmaceda se vivió un minuto de regocijo, al constatar que en este lugar se proporcionó muerte y se torturaron a niños de tan sólo 14, 16, 17 años en el periodo de la dictadura militar, a partir del año 1973. También calló en este puente el preciado cura obrero del Hospital San Juan de Dios, Juan Alsina, quien en sus últimas palabras antes de morir fusilado dijo “mátame de frente, quiero verte la cara para darte el perdón”. Junta a él perdieron la vida otros siete funcionarios del mismo hospital, el día 19 de Septiembre de 1973.
La ruta en el barrio Yungay realizada para el día del patrimonio Cultural, finalizó en la plaza Balmaceda, frente al lugar donde se emplazó la desaparecida estación Yungay, alguna vez lugar neurálgico de este barrio, donde llegaba el tren con mercadería para las industrias aledañas, constituyendo así el cordón de hierro de esta gran ciudad.
Esta línea férrea pretendía aislar a la gente pobre del gran Santiago y proveer de provisiones a las empresas que entregaban en muchas ocasiones trabajos miserables a sus obreros. Estás líneas se construyeron en la época de apogeo del ferrocarril, una conexión importante entre las principales estaciones del país, como la Mapocho y la estación Central y la red longitudinal.
La zona norte del barrio Yungay nos entrega un sinfín de historias que encantan y acompañan a sus vecinos que luchan día a día por conservar sus costumbres, su barrio de manera intacta y entregar así un testimonio de lo que era el gran Santiago en décadas pasadas.

CULTURA MAPOCHO: www.mapocho.org
La perrera municipal:

Fiesta cultural en el Barrio Yungay Un barrio que une a generaciones con la cultura

Por: Ximena Vásquez
● Vecinos realizan actividades culturales para contribuir al desarrollo y conservación de zona típica.
● La lucha de la comunidad del barrio ha creado escenarios de manifestación cultural, sin ayuda económica del gobierno

El Barrio Yungay está de fiesta luego que este mes de abril celebrara su aniversario número 170. En el año 1839 por iniciativa del entonces Presidente de la República, Joaquín Prieto, se construyó una nueva población en el centro poniente de Santiago, sector que hoy lo conocemos como Barrio Yungay. Sus vecinos han luchado día a día por mantener las tradiciones de este lugar, algo que sin duda se está logrando, ya que tienen un barrio vivo y lleno de cultura.

El aniversario del barrio se ha transformado en una fecha ideal para que sus residentes muestren la belleza que tiene este sector. En la conmemoración de los 170 años se realizaron diversas actividades culturales, las que se estuvieron planeando desde que finalizó la “Fiesta del Roto Chileno”, el 20 de enero de este año.

Todo se inició el sábado 4 de abril. Temprano en este particular y pintoresco barrio no había mucha gente caminando por las calles. Sin embargo, esto comenzó a cambiar cuando empezó a caer la noche sobre Santiago. En ese momento, en el pasaje Hurtado Rodríguez, el que está rodeado de enormes casas, que llevan en pie más de un siglo y medio, se celebraba con mucha hermandad la cena aniversario del Barrio Yungay.

Personajes deseosos de compartir una velada cultural, acompañada siempre de música chilena, algo que hoy es muy difícil de apreciar. La mayoría de los vecinos de diferentes zonas del país no se toman el tiempo para conocer a la persona que habita al lado de su casa, pueden incluso pasar años sin saber siquiera su nombre. Sin embargo, en este barrio sucede todo lo contrario, lo que da pie para que se desarrollen agradables celebraciones entre la comunidad.

Durante la jornada, poco a poco comenzaban a llegar los comensales, de todas las edades. Algunos antes de pasar a tomar asiento prestaban atención a la exposición de fotografías que estaba colgando de un cordel y “perros de ropa”, de manera muy artesanal, pero ideal para el momento. Estas ilustraciones estaban situadas entorno a una gran mesa donde se haría la cena.

Alrededor de las siete de la tarde se inició la cena, los brindis con vino tinto no paraban, todo en un ambiente de mucho respeto, la alegría de estos vecinos que aman su barrio era desbordante, contagiando incluso a quienes nos encontrábamos por primera vez pisando las calles de este sector. La música no tardó en encender los ánimos y las ganas de bailar, por lo que pronto comenzaron los pie de cueca, algunos lo hacían mejor que otros, pero todos le ponían gracia y eso es lo que vale al fin y al cabo.

Todo estaba programado para que finalizara a las nueve de la noche pero inesperadamente la celebración se extendió por una hora más. El banquete había resultado todo un éxito. Comer y pasar un momento compartiendo con gente que ha luchado tanto por conservar su barrio enriquece. Las experiencias que les han tocado vivir son un ejemplo para los jóvenes que a futuro tendrán que continuar con este legado.

Rosario Carvajal, una vecina del sector, señala que “la lucha es para que esto se mantenga en las nuevas generaciones y nunca se destruya este barrio” agregando que “el roto de hoy pelea por mantener su historia y su memoria”. Nuestra generación debería tomar conciencia de lo valioso que es mantener estos edificios, que han tendido que soportar terremotos como el del año 1985, donde las construcciones de este barrio se vieron muy afectadas, especialmente aquellas edificadas en el siglo XIX, donde predominaba la albañilería simple y el adobe.

Hoy este barrio nos entrega la posibilidad de poder admirar esa bella arquitectura dotada de tanto espacio y detalles inimaginables, como esas escaleras curvas que encontramos en muchas casas de este sector, las que nos invitan a introducirnos en tiempos antiguos.

La celebración del aniversario del Barrio Yungay no acababa el día sábado 4 de abril. Al otro día temprano por la mañana comenzaban a instalarse en la plaza del Roto Chileno los puestos de la feria artesanal, espacio que ayudaría a reunir recursos para las actividades venideras del barrio. Paralelamente se estaban afinando los últimos detalles de las rutas patrimoniales, otra actividad cultural que se desarrollaría durante el transcurso del día.

Al transcurrir el tiempo las calles del barrio estaban desbordadas por gente, quienes apreciaban las diversas manifestaciones culturales. Esto demuestra que las personas sí están interesadas en valorar el arte por sobre otras actividades.

Este barrio está haciendo grandes esfuerzos para difundir la cultura de los chilenos sin embargo el gobierno no se ha hecho presente para apoyar en materia económica a estos vecinos. No es necesario enviar a la vocera de Gobierno, Carolina Tohá, como representante de la Presidenta, sería más apreciado que se realizará un aporte monetario para continuar con esta gran tarea que beneficia a todo el país.

Juan José Leiva, coordinador de la Escuela de Carnaval Chinchintirapie, dijo que “estamos llamando a la gente a que salga a la calle con el objetivo de que compartan con el vecino de manera horizontal, tenemos que entender que la calle es de todos y debemos recuperar ese espacio” este vecino del barrio agrega que, “no es necesario realizar manifestaciones con violencia para realizar una crítica, nosotros acá también estamos criticando pero entregando cultura”. Así la cultura se va manifestando en cada rincón del Barrio Yungay y la gente se demuestra deseosa de poder observar más.

La gala artística era la actividad más esperada por la gente que estaba en la plaza del Roto Chileno esa tarde, en la celebración de los 170 años del Barrio Yungay, donde se presentaría Mauricio Redolés y el grupo Inti Illimani.

Mauricio Redolés es vecino de este barrio tan llamativo, creador de la Revista Bello Barrio, artista, poeta y cantautor entre sus oficios más reconocidos. Este 21 de abril ganó el premio Altazor. Cuando se presentó esa tarde en la Plaza del Roto Chileno, la gente comenzó a buscar una ubicación para apreciar al artista. Interpretó diversos temas incluso de su último disco "Cachai Reolé?", en el cual refleja las dos décadas de la movilización universitaria.

Las letras de este músico hacen despertar los sentidos y nos invitan a reflexionar, son palabras que nos deja algo de cultura chilena en nuestras vidas. Al igual que el grupo Inti Illimani que hizo vibrar a la gente que se encontraba esa tarde en el barrio, llenando de cultura y alegría el sector.

El broche de oro lo puso la presentación ante el público del decreto que declara Zona Típica el Barrio Yungay, donde se manifiesta que 113 hectáreas se encuentran bajo protección. “Esta fiesta y el barrio es una integración latinoamericana”, es así como retrata Rosario Carvajal esta celebración y su barrio, y como no, si en este aniversario se vio como personas extranjeras, de diferentes generaciones vibraron con las manifestaciones culturales.
hipervinculos
Mauricio REDOLES: www.mauricioredoles.cl/
Decreto BARRIO Yungay: http://www.monumentos.cl/OpenNews/asp/pagDefault

lunes, 8 de junio de 2009

Libro "Voces del Barrio Yungay"



Por Carla Soza Cortés


Con el fin de participar activamente en el desarrollo cultural del Barrio Yungay, la Escuela de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Arcis ubicada en Libertad 53, en colaboración con la Municipalidad de Santiago y el Museo de Educación Gabriela Mistral lanzaron en Noviembre del 2008 a la comunidad del Barrio Yungay, la primera etapa del concurso “Historias del Barrio Yungay” que consistía en una invitación a los vecinos a escribir cuentos que representaran la esencia del mítico barrio.
“El Canal” escrito por Alfredo Aburto, nos cuenta la historia de “La Pituca”. Mujer joven y trabajadora que llego a vivir a un edificio entregado por la CORVI “Los Colectivos”, ubicado en Libertad con Mapocho. Las siguientes son fotografías actuales del lugar en donde vivió “la pituca” y las calles cercanas a La Plaza del Roto.